martes, 10 de mayo de 2011

Poesías ferroviarias desde Navarro

De la visita a Navarro nos fuimos mas que contentos, viendo todo el material rodante en exposición, las pinturas y toda la memorabilia que allí se encontraba. Pero como último regalo Don Carlos Alberto Martino nos regalo un par de poesías o coplas que queremos compartir con Uds.:

Viejo Tren

Hoy que ya estás de regreso
se esta olvidando tu hazaña
Pero toda la campaña
te esta debiendo el progreso
Y yo no te canto por eso
sino por preguntar quién te trajo.
Pal' de arriba, pal' de abajo
vos fuiste igual viejo tren,
porque sin mirar a quién
llevaste vida y trabajo.

En campera madrugada
el paisano te sintió,
y te tuvo como reloj
al escuchar tu pitada.
Al mirarte a la pasada
el tiempo supo preveer,
diciendo al salirte a ver
y con un acierto sumo.
Si sale bajito el humo
es señal que va a llover.

Con un linyera en el techo
se va el especial de hacienda.
Y la máquina tremenda
se la escucha un largo trecho.
Como un pavoroso pecho
con un corazón que late.
Tras el vapor que se abate
la estación queda sola,
y va en el furgon de cola
el guarda tomando mate.

Pienso que el tiempo es distancia
y los durmientes son los días.
En donde tiendo las vías
que me llevan a la infancia.
Vuelven con resonancia
paragolpes y eslabones.
Viejo tren que en ocasiones
te mire como embobao´
y me olvidé de un mandao´
por contarte los vagones.

Escrito por Domingo Berho



Estación de vías muertas

Estación vieja y desecha
que fuiste todo alegría
cuando era una romería
en los tiempos de cosecha,
hoy parece que te pecha
el mancarrón del olvido.
Quien sabe donde se han ido
bolseros y capataces,
hombres fuertes y capaces
que pa´ siempre se han perdido

Ya no se ve ni un linyera
al lao´ del embarcadero,
ni estibas con el letrero
de una firma cerealera.
Ya por tu enorme tranquera
no dentra ninguna chata.
El carrero no desata
su famosa caballada,
ni descarga en la planchada
las bolsas por la culata.

Ya no hay muchachas bonitas
paseando por el andén,
que iban a esperar el tren
en las lindas tardecitas.
Contra tus vías limpitas
no se estrella el sol radiante.
Y en esa quietud constante
de la ruina que alli queda,
no se mueve ni la rueda
de tu molino gigante.

El cambista no camina
con la blusa azul aquella,
ni la máquina resuella
con su aliento de neblina.
Ya no están en la oficina
ni el jefe ni el auxiliar.
Ya no se oye repicar
el telégrafo tampoco.
Y los gorriones de a poco
te han terminao´por copar

Tu señal está tranquila.
Tus galpones carcomidos.
Y en los rieles dormidos
ya no hay vagones en fila.
Ya no se ve ni una pila
sobre tu playa desierta.
Tu campana no despierta
y es un badajo olvidao´,
un lagrimón oxidao´
llorando una vía muerta.

Escrito por Domingo Berho.


Centro Feromodelista Belgrano